brillando como ninguna
su rostro era un diamante
coqueta estaba la luna.
Esa tarde de aguacero
con el cantar de la rosa
alba, radiante y hermosa
se enamoró de un lucero.
Fueron los grandes destellos
sus ojos, quizás el fuego
lo cierto es que entre ellos,
quedó enredado su ego.
La suavidad de mujer
golpeó dentro al lucero,
él le entregó su querer
en la víspera del trueno.
En esa noche oscura
sombras de la luna nueva
él la horadó con ternura
de amor se sintió plena.
Fueron pasando los días
las vendimias y la pesca
a la luna se le veía
tan rozagante, tan fresca.
Está cambiando apariencia,
más cilíndrica se ve
habla la vieja creencia
que quizás, preñada esté.
Fue en la época rosada
cuando sin más comprobé,
la luna en la madrugada
dio a luz a su bebé.
La bienvenida le dieron,
un seis de abril refulgente
los más ancianos dijeron
¡Es de Dios, un gran presente!
Tienes del sol los fulgores
de la luna, la sonrisa,
los ojos cautivadores
verdes como hierbaluisa.
Pasiones de dos estrellas
romances de tornasoles
tus rimas dejan mil huellas
poeta de mis amores
Mimi : Simplemente hermoso
ResponderEliminarSaludos
Llegué hasta aquí, leyendo lentamente, saboreando de a poco, sorprendiéndome siempre y me quedé atrapada en este romance estelar.-Dulce forma de ver el mundo, dulcísima forma de transmitir.-
ResponderEliminarPrecioso !!!!
ResponderEliminareS UN ENCANTO LEERTE, MUY BELLO POEMA,HE DISFRUTADO VERSO POR VERSO.uN ABRAZO
"En esas noches oscuras
ResponderEliminarsombras de la luna nueva
él la horadó con ternura
de amor se sintió plena.
Fueron pasando los meses
las vendimias y la pesca
a la luna se le observaba
tan rozagante, tan fresca"
Bellos versos, querida amiga. Una hermosa Oda. Mis respetos. Me guardo este poema. LUCIA
Poetisa, me cautivó el relato y atrás quedaron observaciones formales. Usted crece, y es un placer leerla.
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