haría de tu cuerpo el continente
de tus labios la más hermosa afluente
mis brazos marcarían tu frontera.
Mi corazón sería adormidera
elíxir de los dioses, la dulzura
produciendo en tu vida la locura,
llevando tus deseos dondequiera.
Correría sin más, hasta tu campo
donde los sueños rojos florecieron
y en rosas de pasión se convirtieron,
pero en prados de tímidez acampo
besar esos tus labios yo no puedo,
y no sé cómo salir de este enredo.
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