mientras yo desvariaba de alegría,
delicioso y adorable caramelo
dulce miel que mi boca dulcifica.
Te veías como pájaro aventurero
volando entre hermosas avecillas
bajo el cielo loco de febrero.
La esencia sublime de tu risa
alejó sin más a la tiniebla
me moría por estar allí cerquita
y abrazar con todas las fuerzas tu silueta.
Y de pronto se excitó mi alma yerta
al ver descubiertas las valquirias
no podía creer que tal belleza
estuviera ante mis ojos. ¡Qué delicia!
Si supieras que soñé con tus caderas
¡Oh dulce sensación, qué bella suerte!
obeliscos de pasión, brasa y hogueras.
Despertarme sola fué, mi amarga muerte.
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