extraño tu presencia en mi mañana,
todo es opuesto, pasa la semana
no hay nuevos días, sólo desconsuelo.
Me culpo por amarte y me condeno,
consciente de mi intencional delito
merezco el desdén, tu olvido infinito
con tu silencio me hundes en el cieno.
Era inspiración, pájaro en tu nido
animaba tu noche solitaria.
Hoy eres insensible a mi plegaria
me condenas a muerte con tu olvido .
Confieso que el pecado fue adorarte
aunque admito deberte yo la vida,
el exceso de amor me tiene herida,
solo anhelo volver a contemplarte.
Si regresas, se cierra la cisura
aunque nos separe un profundo abismo,
daría todo si fueras tú el mismo
y de nuevo empezar nuestra aventura.
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