jueves, 16 de octubre de 2014

AGUACERO


Sentada en el  extremo de la sima,
lejos  de la tormenta y el hastío,
hay luz en mi interior, un fuerte brío,
silenciando el dolor que me lastima.

Puedo sentir lo bello de este clima
latir el corazon del  casto río,
que va exhibiendo todo el señorío,
deja  paz mientras al mar se aproxima.

Vuelo  aquí  para ver  si al fin resuena,
tu cantar  al  final  del laberinto
y  el  mañana  por fin sea distinto.

Si tu voz  me libera de la pena,
más  murió  tu verso puro y sincero,
y el  amor se convirtió en  aguacero.

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